Las personas agredidas experimentan un daño como resultado de las acciones llevadas a cabo por otras que las ven vulneradas por lo que las someten a peder sus derechos y no pueden defenderse ni escapar de forma sencilla de esta situación.
La dinámica entre las personas agresoras y agredidas se manifiesta con una asimetría de poder, ya sea real o falso, y también forma parte de la misma quien observa y no actúa.
La comunidad donde se produce el conflicto violento sea éste físico o psicológico también debe considerar que no es fácil este rol principalmente porque quien defiende al agredido teme que interviniendo en la situación de ayudar al agredido, termine siendo juzgado por otras personas y sufra como consecuencia acoso también. En este sentido, junto a mi compañero Auden fuimos repasando lecturas que posibiliten la promoción de valores positivos así como también la comunicación acertiva y la búsqueda de que los roles de las personas que enfrentan un cículo de acoso, queden claros así como también las consecuencias, porque la literatura con una estética propia de los relatos realistas puede contribuir a la visibilización de tipos de agresiones.
Lectuperiodista: Justo Bruna